la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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Margarethe von Trotta - Das zweite erwachen der Christa Klages / The second awakening of Christina Klages/ El Nuevo Despertar de Christa Kagles (1978) Sub Eng








Synopsis


Three people rob a bank to help a day care center that's in debt. Wolf is captured, Werner identified, police suspect Christa is the third. She and Werner ask Hans, a clergyman, to launder the money and give it to the kindergarten. He refuses. They try Ingrid, Christa's friend, who tries to help, but the school rejects the money. When tragedy strikes Werner, Hans helps Christa bolt to a collective in Portugal. Ingrid visits her; their relationship makes the collective nervous, so she returns to Germany and ceases living in hiding. The police are still looking for her and so is a witness to the robbery, Lena, a bank clerk. Lena's interest brings Christa's second awakening.


 Written by <jhailey@hotmail.com>


Directed by 

Margarethe vonTrotta

Writing Credits  

Margarethe von Trotta...(writer) and
Luisa Francia...(writer)

Cast (in credits order) 

Tina Engel...
Christa Klages

...
Ingrid Häkele 

...
Lena Seidlhofer
Marius Müller-Westernhagen...
Werner Wiedemann
Peter Schneider...
Hans Grawe
Ulrich von Dobschütz...
Heinz, Ingrids Ehemann 
Erika Wackernagel...
Mutter von Hans
Friedrich Kaiser...
Wolfgang
Achim Krausz...
Bankdirector
Fritz Ley...
Alter Mann aus Riga
Gertrud Thomele...
Mutter von Christa
Rosa Sämmer...
Hausmeisterin
Margit Czenki...
Reingard, Kindergärtnerin
Peter Koj...
Erich, Bruder von Hans
Hildegard Linden...
Frau im Zug
Ingrid Kraus...
Kollegin von Lena
Natascha Steuer...
Mischa, Christas Kind

Original Source: IMDb




Dos mujeres fuertes


Margarethe von Trotta y Barbara Sukowa escriben historia a su manera: con películas sobre mujeres

por Barbara Schweizerhof 
 
Deutschland.de

Quizás haya que aceptar el regusto de amargura que dejan: las alabanzas que reciben mujeres que hacen películas sobre mujeres. La directora Margarethe von Trotta y la actriz Barbara Sukowa crearon juntas a través de las décadas una singular serie 
de retratos fílmicos de fuertes personalidades femeninas. Tres se destacan particularmente: “Rosa Luxemburg” (1986), una película sobre ese icono del movimiento obrero y pacifista de comienzos del siglo XX; “Visión: La historia de Hildegard von Bingen” (2009), sobre la influyente monja y sabia universal del Medioevo, y ahora “Hannah Arendt” (2012), sobre la filósofa judía germano-estadounidense, que con su ensayo “La banalidad del mal” dio su impronta a una de los conceptos esenciales del siglo XX.
Por un lado no está demás destacar que se trata de películas de mujeres sobre mujeres, ya que son todavía generalmente una excepción. Por otra parte, esa “etiqueta femenina” conlleva siempre el peligro de que la grandeza y singularidad de esos filmes sean empequeñecidas, porque los coloca en un biotopo protegido. Como si esas películas fueran interesantes solo para mujeres. 
Nada más equivocado, pues el arte de la directora Margarethe von Trotta consiste justamente en hacer “películas femeninas” que ponen en evidencia el sinsentido de esas categorías. Dicho de otra forma: también para quien no se interesa por el feminismo, sino “solo” por la historia y el cine alemanes, von Trotta y Sukowa son ineludibles.
“Lo privado es político”: este leitmotiv del movimiento feminista se extiende como singular hilo conductor a través de todas las películas de von Trotta. Comenzando por su primer largometraje, de 1977, “El segundo despertar de Christa Klages”, en el que una mujer asalta un banco para salvar una guardería infantil, hasta “Hannah Arendt”. Lo privado es político: para von Trotta es mucho más que mostrar a una 
famosa filósofa en la cocina de su hogar. “Hannah Arendt”, en la que Barbara Sukowa desempeña el papel protagónico, refleja una etapa relativamente breve de la vida de la famosa filósofa: los comienzos 
de los años 1960, en los que Arendt viaja a Jerusalén para informar sobre el proceso contra Adolf Eichmann, corresponsable de la organización del HOLOCAUSTO y el asesinato de millones de seres humanos. En sus textos, en los que describe a Eichmann como un poco espectacular “payaso” y en el que no ve la encarnación del mal, sino de la banalidad, desató un acalorado debate. El filme muestra también facetas de la vida privada de la filósofa. Arendt, que en los años 1930 se marchó de Europa al exilio en Estados Unidos, es mostrada como afectiva esposa, anfitriona que cocina para sus invitados, amiga que hace bromas sobre intimidades y mentora que da consejos. Lo notable, no obstante, es que esas escenas privadas no son mostradas como la otra faceta, la “femenina” de la filósofa de agudo intelecto, sino que conforman una unidad con el resto de su vida, sin solución de continuidad. Puede haber quien piense que es una contradicción que una filósofa conocida en todo el mundo sea mostrada abrazándose con su esposo. Para Arendt, así lo muestra von Trotta, ello no significaba una crisis de identidad. Arendt hacía ambas 
cosas, cocinar y pensar, y ambas con la misma severidad, que podía limitar con la tozudez y la desconsideración.
Es probable que en el caso de Rosa Luxemburg, a comienzos del siglo XX, ello fuera diferente. En “Rosa Luxemburg”, la protagonista es una mujer fuerte con numerosas contradicciones, pero no una heroína inmaculada: una mujer que se rebeló contra las presiones sociales y privadas, pero sin poder hacer coincidir siempre sus deseos personales y sus objetivos sociales. La 
película le valió a von Trotta el Premio ALEMÁN del Cine y Barbara Sukowa fue galardonada tanto en Cannes como en Alemania como mejor actriz. La directora y la 
actriz se habían encontrado algún tiempo atrás. Para ambas, la senda hacia el cine había estado unida al nombre de Rainer Werner Fassbinder. Von Trotta había actuado a fines de los años 1960 y comienzos de los 1970 en algunas películas de Fassbinder, pero pasó pronto a dirigir, primero junto con su esposo, el director Volker Schlöndorff. Barbara Sukowa se integró una década más tarde al ya no tan “Nuevo” CINE ALEMÁN. Fassbinder le dio en 1980 un papel en “Berlín Alexanderplatz”.
Bajo la dirección de Margarethe von Trotta actuó Sukowa por primera vez en 1981, en “Los años de plomo”, la película que supuso el éxito internacional de von Trotta. Sukowa interpreta en ese filme ya una figura iconográfica de la historia del cine alemán: su personaje de Marianne, a la que su sentido de la justicia la lleva a pasar a la clandestinidad y tomar las armas, está inspirado en la figura de la terrorista alemana Gudrun Ensslin. Tanto la directora como la protagonista recibieron numerosos premios internacionales por la película.
No obstante, sus biografías no discurrieron en forma paralela. Margarethe von Trotta siempre fue una nómade: nació en 1942, en plena guerra, en Berlín; su padre fue el pintor Alfred Roloff y su madre provenía de la nobleza del Báltico. Luego del fin de la guerra se trasladó junto con su madre a Düsseldorf, al principio como apátrida. En su juventud reunió experiencias en diferentes actividades. Estudió en una academia de 
comercio, vivió algún tiempo en París, comenzó a estudiar arte en Düsseldorf, siguió luego estudiando filologías románica y 
alemana en Múnich, para finalmente interrumpir también esos estudios y comenzar a tomar clases actorales. Su biografía errática se consolida cuando llega al Nuevo Cine Alemán, donde encuentra su tema vital: retratos y biografías de mujeres. Hay muy pocas directoras que, como von Trotta, hayan puesto una y otra vez a mujeres en el foco 
de su actividad creativa sin querer contar “destinos de mujeres” al estilo tradicional. Las películas de von Trotta se caracterizan porque nunca pierden de vista la interrelación entre las presiones sociales y las necesidades personales. No son películas sobre “movimientos”, sino que siempre están centradas en individuos, mujeres tenaces y a menudo poco convencionales.
Barbara Sukowa ha probado ser una actriz ideal para esos difíciles papeles de mujeres. Sukowa, nacida en BREMEN en 1950, posee una presencia intemporal, de la que se benefician las películas: una particularidad que delata un fuerte carácter. Sukowa, que primero actuó en el teatro y luego pasó a 
ser conocida internacionalmente por su papel protagónico en “Lola” (1981), de Rainer Werner Fassbinder, lo puede todo: tanto encarnar una figura tan emblemática de las fantasías masculinas como Lola, que vive sobre todo de su aura sexual; como también una monja que obra a través de su espiritualidad, como Hildegard von Bingen y una filósofa que se define sobre todo a través de sus ideas, como Hannah Arendt. Con sus películas biográficas, Margarethe von Trotta y Barbara Sukowa escriben historia a su manera, ya que sus relatos tratan siempre de mujeres que, con su tenacidad, inteligencia y adultez femenina encarnan un importante elemento de la identidad alemana. ▪
Barbara Schweizerhof 
 
Alemania
Deutschland.de

Fuente: Deutschland.de